Ya sólo por el título, suena raro. ¿Un enfermo mental en una biblioteca?
Partimos de la base de que la biblioteca es un servicio público, donde se puede obtener Información, libros, leer el periódico, escuchar música, ver películas, o sacar prestados estos archivos y llevártelos a casa para disfrutarlos allí. También puedes pedir un libro que no está y te lo buscan para que puedas leerlo en tu casa. En resumen, es un lugar cultural, un lugar MUY INTERESANTE, donde se pueden hacer muchas cosas.
Hace mucho que no pisamos una biblioteca, años, siglos. Las nuevas tecnologías también ayudan a que no contemos con ellas, ya que por internet se consigue mucha información. Y es más accesible, rápido, cómodo, y barato; lo puedes tener todo en la pantalla del ordenador a la primera.
Cuando estudiábamos lo típico era quedar en la biblioteca, sobre todo cuando teníamos que hacer algún trabajo de esos rebuscados. Antes no existía la wikipedia, ni el Rincón del Vago. Y ya que estabas allí, de paso te sacabas algún libro, algún tebeo. Ya que tenías que ir por obligación, pues aprovechábamos todos esos servicios: Mortadelo y Filemón, libros de poesías, novelas, suspense, periódicos… Eso es lo bueno de la lectura, para gustos, tipos de libros, más que colores.
El hábito de la lectura, tiene muchas ventajas a nivel mental, contrastado por varios estudios. Leer aumenta la reserva cognitiva del cerebro, con lo que retarda y previene la pérdida de memoria; mientras leemos obligamos al cerebro a pensar, a ordenar ideas, a interrelacionar conceptos, a ejercitar la memoria, y a imaginar; ayuda a generar temas de conversación, lo que facilita la interacción social; reduce el nivel de estrés, ya que disminuyen los agobios y las reacciones psicosomáticas.
Incluso hoy se habla de biblioterapia, (en Inglaterra) para personas con síntomas moderados o leves, prescribiendo libros, de manera que el lector-enfermo se identifica con el protagonista del libro, o el tema tratado, de cara a disminuir todos esos síntomas. Es un paso.
Pero además, sirve para aprender, conocer el tema que has leído, tener más cultura, estar
entretenido, además de que ganas perspectiva de las cosas y los acontecimientos. A día de hoy, leer, y más de determinados temas, esta visto como raro. Tan raro, que algunos piensan que si lees mucho, ¡te puedes volver loco ,como el Quijote! Esto no sucede con otros géneros. La televisión, está haciendo mucho daño, ya que es lo cultural o socialmente aceptado, y todo lo que se sale de ahí, es raro. Como la enfermedad mental.
Lo que más nos cuesta a la hora de acceder a un libro, a una biblioteca, es el hecho en sí mismo, de ir a una biblioteca. No es pereza, ni vagancia, son los síntomas de la enfermedad, que hacen que cueste horrores moverte. Hacer un montón de trámites, seleccionar el libro, buscarlo, ponerse en la fila, coger el autobús, cambiarte en casa… buf. Luego leerlo, prestar atención mucho rato, que hay días que pasa una mosca volando, y te despistas y pierdes la idea. Y no vas a volver a leerlo desde el principio, te baja el ánimo y la autoestima. Luego seguir el hilo argumental, asociar ideas, coger los dobles sentidos, y a veces lees páginas y páginas, y no pasa nada. Casi casi, es más temor a que te encuentres en cualquiera de estas situaciones lo que te frena, y por no hacerlo y que salga mal, no lo haces.
Además que leer, no está dentro de nuestras necesidades vitales actuales: queremos estar bien, estar activos, tener un lugar tranquilo donde vivir, tener algo que hacer, nos preocupa el futuro (trabajo, seguridad), nuestra salud, física y mental, nuestra familia, y sobre todo por el qué será de mí, y ESTAR BIEN CONMIGO MISMO.
Una rehabilitación integral de personas con estas enfermedades sería necesaria, sobre todo de cara a evitar la estigmatización. Hay que buscar todas las alternativas en la rehabilitación, y una ellas puede, y debe ser la lectura.
Para ello, sería útil, además de la propia iniciativa, y el decirte HOY VOY, crear otros alicientes que la hagan atractiva. Como servicios de cafetería en la propia biblioteca. También estaría bien, crear una selección de libros, de varios estilos y temas, breves, con acción… recomendados por personal especializado. O que la información de libros, novedades, servicios, talleres, llegará a los centros de atención especializada (hospitales, centros sociales….), o que se enviara por correo electrónico. O que se establecieran grupos de lectura en las bibliotecas, leyendo en voz alta. O tener a personal que te oriente de forma individualizada y te guíe con tiempo. O grupos de voluntarios, que te acerquen la biblioteca a casa. O servicio biblioteca 24 h. Por pedir que no quede.
Hay que ir a la biblioteca, y todos tenemos que poner de nuestra parte. Sabemos que nuestras vidas serían diferentes sin un libro. Más vacías, más solas.
MIGUEL ANGEL G., JOSE ANTONIO G.,SOLEDAD L.,JOSÉ Mª O.Usuarios/terapeuta ocupacional Centro de día Torrero-Adunare. Zaragoza.