jueves, 31 de enero de 2019

MUSEO DE LA FRESA



El Museo de la Fresa de Wepion (Bélgica) juega un papel muy importante como portador de la memoria de este pueblo, tan vinculado a esta fruta. Este museo ha existido entre el patrimonio local durante los últimos 35 años. Al entrar en el pequeño edificio, anexo a la antigua ciudad de Wépion, nos encontraremos con los vestigios de la antigua ciudad galo-romana. En las paredes se pueden ver mapas, cuadros y fotos de Wepion en momentos diferentes de su historia
La siguiente sala está dedicada a exposiciones temáticas, y ha sido renovada hace muy poco. El año pasado, el Museo de la Fresa llevaba como lema “Parques, jardines y árboles”, un tema que ha sido expuesto en 29 museos de toda la Valonia, en un proyecto que llevaba por título “En los museos está el verde”.
A continuación nos sumergimos en el corazón de la materia para visitar el espacio dedicado a las fresas. Un primer recorrido nos permitirá descubrir la fresa en campos tan diversos como la publicidad, el cine, el teatro, la pintura y la literatura, sin olvidar la cocina, con innumerables recetas para mermeladas, postres y otras especialidades.
La siguiente sala alberga paneles creados por André Sansdrap, ingeniero agrónomo y especialista en el cultivo de la fresa. Aquí se ofrece información completa sobre el cultivo de las fresas en Wepion, su historia y su evolución. Descubriremos las diferentes variedades de fresas, los tipos de plantaciones y la vida de la fresa durante cada estación del año.
La exposición continúa con una bella colección de fotos de la primera mitad del siglo XX, que muestran la forma de cosechar la fresa, las herramientas para ello y su utilización. De ahí se pasa a un jardín en el que contemplar cómo crecen las fresas y las distintas variedades locales. Este jardín incluye en la mayoría de las ocasiones actividades muy interesantes con niños.
La sala de al lado es un homenaje a la conocida artesanía tradicional de la antigua Wepion. Retratos y objetos que se exponen para hacernos vivir los pequeños momentos de la historia cotidiana de la ciudad, esencia para la comprensión de toda una época. Aquí encontraremos objetos hechos por albañiles, mamposteros, herreros y carpinteros.
En el segundo piso del museo nos encontramos con tres salas. La primera es conocida como la Cueva de Alí Babá, y contiene la biblioteca que pronto se organizó como un centro de documentación sobre la historia y la vida local, con una sección por supuesto dedicada a las fresas. Se puede visitar por cualquier persona, siempre con cita previa.
La siguiente sala nos muestra a las grandes personalidades de la ciudad de Wepion, desde el alcalde, hasta el párroco, el maestro, el médico y la partera. Se exponen retratos y utensilios de trabajo que usaron en sus vidas. La mesa del centro de la sala era la antigua mesa que había en el ayuntamiento de la ciudad.
La última de las salas es el taller del modista Jeanne Lambert. Moldes para hacer sombreros, máquinas de coser antiguas, estufas de hierro, ropas y adornos de Wepion nos ilustran una de las grandes actividades de la población en los siglos pasados.
Y como en muchos otros museos, una tienda cierra nuestra visita. Allí podremos comprar las mejores fresas de la temporada, y todas las variedades de esta fruta.

Información adicional

La visita al Museo de la Fresa de Wepion tiene un precio de 3 euros para los adultos. Las personas mayores de 60 años, los estudiantes hasta 18 años y personas discapacitadas, pagarán 2 euros. Los niños de 6 a 12 años pagan sólo 1 euro.
El Museo abre desde Semana Santa hasta el 31 de octubre, de 14.00 a 18.00 horas, todos los días, excepto los lunes. Para llegar, podéis tomar como punto de referencia la ciudad de NAMUR, Desde allí, debéis coger la carretera N-92, dirección Dinant durante 8 kilómetros. Si vais en autobús, acercaros hasta la estación de autobuses de Namur, y tomar el número 4, Namur-Profondeville. Bajaros en la estación Polo Norte, a 50 metros del Museo.

E. N.

jueves, 24 de enero de 2019

SAN VALERO




Como cada año el día 29 de enero es celebrado el patrón de Zaragoza San Valero hay un dicho popular llamado Rosconero y Ventolero debido a que  en Enero hace viento pero no siempre es así, lo cierto es que en Zaragoza siempre hay roscón  una dulce tradición que se da cita en la Plaza del Pilar con chocolate y reparto del roscón.

Pocos hogares aragoneses se quedan sin roscón  gracias a la variedad de las pastelerías, panaderías, supermercados  se puede elegir roscón sin relleno, relleno de nata que es el más tradicional, de crema y de trufa.  Pero de donde viene esta tradición  aparte del roscón por parte del Ayuntamiento de Zaragoza hay diferentes jornadas de actividades culturales

 ¿Quién fue San Valero?

Fue  un obispo Patrón de Zaragoza nació en fecha desconocida, murió desterrado en el año 315 su historia se debate entre mártires y santos, sus reliquias se veneran en la capilla barroca de la Catedral de San Salvador desciende de familia noble de la familia de los Romanos desde siglo XII.

San Valero es patrón de Zaragoza no dejó de predicar la fe cristiana ni estar al lado de los perseguidos, sufrió la persecución de Diocleciano.

Era tartamudo su papel de orador  y defensor le asistió Vicente ambos fueron detenidos, encarcelados y enviados a Valencia por orden de Daciano por entonces gobernador de Hispania desterrado San Valero termina sus vidas en Enate, donde muere en el año 315 coincidiendo con el aniversario de su muerte cada 29 de Enero es celebrado en Zaragoza.
S. A.

ORIGEN DEL ROSCÓN DE SAN VALERO




El origen del roscón de San Valero se remonta a la Edad Media.
Parece ser que las autoridades, principalmente los obispos y nobles celebraban el día del santo patrón de Zaragoza repartiendo lo que se denominaba «las  migajas » para sus súbditos que eran trozos de torta, y que con el tiempo acabó en el dulce del roscón.
Se cuenta también que la forma de rosca se debe a que así se podía insertar en los brazos del santo que sacaba en procesión. Cuando la misma terminaba los roscones se repartían entre quienes habían llevado la imagen del santo.
Como decimos con el tiempo se creó el roscón para todo el pueblo de Zaragoza y el mismo se repartía a la entrada de las iglesias. Esta misma costumbre se observaba en las fechas en que se celebra San Blas, San Antón y Santa Águeda aunque en esta última celebración el dulce es la «teta de Santa Águeda.» Esto es lo que hace que si añadimos el roscón de Reyes, puede decirse que Zaragoza es la ciudad más rosconera de España.
Por supuesto antiguamente y hasta bien entrado el siglo XX los roscones no llevaban nata y eran sólo el bollo.
Lo que sí viene desde la Edad Media junto con el roscón es el haba como sorpresa, la sorpresa propiamente dicha es mucho más reciente aunque muchos dicen que a principios del siglo XIX ya se incluía la sorpresa junto con el haba.
Lo importante es que, ya lo hagan con nata o sin nata, el roscón está muy bueno y todos celebramos San Valero con este dulce tan típico y tan rico. Y ya lo dice el refrán: «San Valero ventolero y rosconero.»  
Feliz San Valero a todos.
JRC y H.

jueves, 10 de enero de 2019

MERMELADA DE TOMATE CON QUESO CAMEMBERT, QUESO CABRA O QUESO AZUL




Esta es una tapa muy familiar quien no ha comido alguna vez mermelada de tomate hecha por la madre, la abuela o una querida hermana bien sobre una tostada, o sobre taquitos de queso camembert o un queso azul, en cualquier caso un queso de sabor intenso que contraste con el dulzor de la mermelada.

INGREDIENTES
·        1500 grs. de tomate, a ser posible de tomate pera.
·        600 grs. de azúcar
·        El zumo de un limón
·        (Opcional) Una cucharadita de canela en polvo.
·        Queso camembert,  azul o de cabra en porciones triangulares

PREPARACIÓN DE LA MERMELADA
Se pone agua a hervir, cuando entre en ebullición se meten los tomates con un corte superficial en la piel, se escaldan durante 1 minuto en el agua hirviendo, y se sacan.
Se dejan enfriar los tomates y cuando están fríos se pelan; a continuación se parten por la mitad los tomates y se les saca con una cucharilla las semillas.
Luego se cortan en trocitos pequeños los tomates y se echan en una cazuela junto con el azúcar y se pone todo ello a calentar. Se remueve  todo y se echa el zumo de limón y a continuación se echa la cucharadita de canela. Se lleva  a cocción a fuego medio durante 45 minutos y cuando esté espesa se retira del fuego y se deja que se enfríe.
En un plato se disponen las cuñas triangulares del queso que hayamos elegido, sobres unas tostas de pan,  y sobre cada cuña se extiende la mermelada, y ya está lista nuestra tapa para comer.
Buen apetito.
Hugo y JRC