En la cocina mediterránea es muy popular sazonar con un
sofrito. Científicos de la Universidad de Barcelona han encontrado evidencias
científicas de los beneficios del sofrito, ya que sus propiedades antioxidantes
son altamente biosaludables, por la presencia
en su interior de compuestos que intervienen en la prevención de dolencias
cardiovasculares y cáncer.
El sofrito casero de tomate, rico en carotenos que se
asocian con la regulación lipídica y los biomarcadores inflamatorios, es una de
las salsas más clásicas de la dieta mediterránea. Ade
El sofrito es la mezcla suavemente frita de verduras y
hortalizas típicamente mediterráneas, como son el tomate, el aceite de oliva,
el ajo, la cebolla y el pimiento.
En la cocina mediterránea es muy popular sazonar con un
sofrito. Científicos de la Universidad de Barcelona han encontrado evidencias
científicas de los beneficios del sofrito, ya que sus propiedades antioxidantes
son altamente biosaludables, por la presencia
en su interior de compuestos que intervienen en la prevención de dolencias
cardiovasculares y cáncer.
El sofrito casero de tomate, rico en carotenos que se
asocian con la regulación lipídica y los biomarcadores inflamatorios, es una de
las salsas más clásicas de la dieta mediterránea. Además, los polifenoles que
contienen la cebolla y el ajo, que
también forman parte de esta receta, presentan efectos beneficiosos
frente a las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión, la diabetes y ciertos
tipos de cáncer.
El sofrito casero es más sano que los comerciales por usar
productos naturales y no tener sustancias químicas.
El sofrito es un producto fácil de preparar que se puede
usar con pasta, arroz o incluso carnes. Hay muchas recetas de la cocina
mediterránea que explican cómo cocinarlas y comerlas.
Para hacerlo, se necesita, además de ganas de cocinar,
aceite, cebolla, pimiento, ajo, y algunos le incluyen tomate.
Primero, se pone el
aceite a calentar con fuego suave, se pica la cebolla muy fina, y se deja que
se cueza poco a poco, hasta que quede blandita. Se añaden también los pimientos
cortados en juliana, y se añaden hasta que quede blandito, y casi cuando esté,
se añade el tomate y el ajo. Se añade también una pizca de sal. El truco está
en hacerlo despacio, para que las verduras vayan soltando todos sus jugos.
E.P