Zaragoza como ciudad fundada en la antigüedad, estaba cerrada por varias puertas, de cara a controlar quién entraba y salía de la misma, así como evitar posibles invasiones, luchas, etc...
Una de ellas era la Puerta del Carmen, única que se conserva en la actualidad.
Primero fué la Puerta Baltax que data del año 1259. Después cambió su nombre por el de Puerta del Carmen debido a la proximidad del convento del mismo nombre.
Para la construcción de la Puerta del Carmen se utilizó piedra sillar en
su totalidad, constituyendo una Puerta de corte neoclásico.
Estructuralmente consta de un cuerpo central más alto, y dos cuerpos
laterales más bajos, abiertos los tres mediante huecos adintelados que
permitían el paso de vehículos y animales por el centro y personas por
los vanos laterales.
Varios fueron los proyectos que se sucedieron hasta la construcción de
la puerta que podemos contemplar hoy, el primero de los cuales, de 1782,
obra de Agustín Gracián, no se llevó a efecto por problemas económicos;
sería el segundo y más modesto, de Agustín Sanz, el que por fin se
ejecutaría entre los años 1792 y 1795, trabajando en su construcción los
canteros Cristóbal Inchausti y Miguel Barastaín.
Tras el derribo de la última casa contigua, fue inaugurada ya exenta el 18 de mayo de 1927.
JAP