Los adoquines del Pilar son unos caramelos de gran tamaño, típicos de la ciudad española de Zaragoza.
los adoquines se fabrican en varios tamaños. Los más pequeños son bastante más grandes que los caramelos corrientes, y los más grandes pueden llegar a pesar medio kilo. Ni los niños ni adultos pueden metérselos enteros a la boca. Uno de estos adoquines, la mejor manera de comérselos, es romperlos a trozos con la ayuda de un martillo. Son muy fáciles de reconocer por su envoltorio, ya que todos llevan la imagen de la Virgen del Pilar, patrona de Zaragoza y de España.
Van cambiando de color del manto en el envoltorio, según sea su sabor: anís (manto azul), fresa (manto rosa), naranja (manto naranja) y limón (con el manto verde).
En la parte interior se pueden leer textos de coplillas y jotas aragonesas, generalmente de humor.
Los adoquines del Pilar, a pesar de ser tan típicos de Zaragoza, no fueron inventados aquí, sino en Calatayud, en 1920. Los inventó el pastelero bilbilitano Manuel Caro Gormaz.
Hoy en día, no son un producto de Zaragoza, sino también de Aragón. Generalmente se venden como recuerdo o souvenir de su vista a Zaragoza.
SL