HISTORIA
Inicialmente, algunos periódicos acreditaron su invención
a Catherine Hettinger, una ingeniera química en prácticas nacida en Florida
Estados Unidos.
Una idea de su origen es que ideó este juguete para pasar
tiempo con su hija, adaptando el juguete para que pudieran jugar y recoger las
2 (ella padecía miastenia). Otra idea, plantea que una vez viajó a Israel vió que los niños jugaban a tirar piedras, y
empezó a pensar cómo crear un jugutete para entretenerlos.
Su patente caducó en 2005, con lo que no se ha hecho
millonaria, aunque no lo lamenta por el bien de los niños, y adultos.
En países como Estados Unidos o Reino Unido estas peonzas
de mano se han comercializado como herramientas para la ayuda de pacientes con
autismo, déficit de atención, estrés, ansiedad o depresión. Ayuda a reducir la
ansiedad y aumentar la capacidad de concentración. Sin embargo, las partes
pequeñas de estos objetos pueden conllevar “peligro de asfixia” para niños
menores de tres años.
VERDADES Y MENTIRAS DEL SPINNER
Verdad: es
un juguete de moda, al que juegan numerosos niños en recreos, casa….
Mentira: es
terapéutico.
El spinner se vende como juguete terapéutico para niños
con déficit de atención o antiestrés para adultos no está reconocido
científicamente. Estudios dicen que no regula el sistema de atención al ser
repetitivo, y no tiene beneficios a largo plazo. Lo que funciona es el
autocontrol, los límites y las normas, que no proporcionan este juguete.
Es un juego sencillo, dominarlo supone pequeños desafíos
que fácilmente se superan. Se pueden hacer múltiples malabares.
Verdad:
jugar te proporciona algunas mejoras cognitivas.
Estudios refieren que realizar actividad física mientras
juegas (zapatear, mover las piernas, mover la silla, ayuda a recordar mejorar
la información así como mejorar la memoria de trabajo y las habilidades de
razonamiento.
EP