La receta de
gambas con gabardina es una de las tapas más populares de la gastronomía española.
Unas gambas rebozadas y crujientes, acompañadas de una cerveza
fría, es un aperitivo que se puede tomar en todas las
épocas del año, y una de las tapas que
nunca faltan en la barra de un bar.
Vamos con la receta.
INGREDIENTES:
- 500 gr. de gambas.
- 125 gr. de harina de trigo
- 100 ml. de cerveza bien fría
- 1 huevo
- 1 cucharada de café de levadura.
- ½ cucharada de café de colorante alimenticio
- Para la fritura: aceite de oliva abundante.
- Sal (al gusto)
OPCIONAL:
- Dos dientes de ajo y unas hojitas de perejil para hacer un alioli que añadiremos a la masa o pasta «orly», que es como se llama a la tempura con que rebozaremos las gambas para freírlas.
PREPARACIÓN:
Podemos utilizar tanto gambas
como langostinos, mejor frescas que congeladas, pero valen las dos, porque lo
importante es que debemos pelarlas bien, quitándoles la cabeza, las tripas y el
caparazón entero, excepto la cola de la gamba que es el adorno obligado de esta
tapa.
A
continuación vamos con la masa, pasta o
tempura «orly».
En un cuenco, echamos la harina,
el huevo, una cucharadita de café de sal, si queremos el alioli preparado y la
levadura.
Removemos bien el contenido y
como se nos hará una pasta demasiado espesa, a continuación vertemos los 100 ml
de cerveza que esté bien fría, hasta obtener una pasta que no esté demasiado
líquida, pero de ningún modo espesa, y si nos sale tipo mazacote, de eso ni
hablar, se añade más cerveza, también y por último el colorantes alimentario, y
seguimos removiendo hasta conseguir la textura precisa.
Una vez que conseguimos la
tempura, tapamos el cuenco con un plástico y dejamos reposar quince minutos con el fin de
que la levadura vaya haciendo su trabajo.
Cuando ya tenemos los
ingredientes, ahora viene la fritura.
Para ello utilizaremos una sartén
con bastante fondo, ya que debemos echar bastante aceite pues las gambas deben
dorarse por ambos lados.
El aceite no debe estar muy
caliente, esto es que no humee, pero menos frío, pues entonces se nos deshace
todo.
Cogemos las gambas por la colita
y la rebozamos en la tempura (a la que podremos añadir ahora algo más de sal, al gusto, puesto que si antes apenas la hemos salado, ha sido para que la levadura no fuese anulada), y las vamos echando en el aceite, máximo en tandas
de cinco, para que el aceite no se enfríe, y se dejan friéndose ocho o diez minutos hasta
que tomen un color dorado.
Se sacan y se dejan en un plato
con papel absorbente para quitar el exceso de aceite, y por último se presentan
a la mesa, como en la fotografía que encabeza esta receta, acompañadas de nuevo
de una cerveza bien fría, pero esta vez para beber.
Y buen provecho.
JRC