DÍA MUNDIAL DE LA BICICLETA
3 JUNIO
¿POR
QUÉ EL 3 DE JUNIO ES EL DÍA DE LA BICICLETA?
La Organización de las
Naciones Unidas en 2018 decretó que cada año el 3 de Junio se celebraría el Día Mundial de la Bicicleta,
con la idea de fomentar su uso como medio de transporte verde así como para
conmemorar a un medio de transporte que por varios siglos ha sido el principal
para muchos países y comunidades.
ORIGEN
DE LA BICICLETA
El día mundial de la
bicicleta se celebra el 3 de Junio de cada año, gracias a un decreto de la ONU,
proclamado en el año 2018. El objetivo esencial de conmemorar esta fecha es
darle más protagonismo a un medio de transporte como es la bicicleta y que el
mismo pueda servir para paliar un poco la crisis del mundo actual debido a la
contaminación y al cambio climático que está experimentando el planeta
La bicicleta fue el
resultado de una serie de intentos fallidos para inventar un vehículo innovador
y que dio como resultado, este maravilloso medio de transporte. Apareció a
mediados del siglo XIX.
En Alemania el primer
modelo estaba hecho de madera, pero no tuvo mucho éxito ya que, para ponerla en
marcha, había que empujarla con los pies.
En el pasado, la
bicicleta representó un importante medio de transporte, sin embargo, en el
mundo moderno, se ha transformado en una necesidad. No cabe duda, que en estos
tiempos, a los avances tecnológicos, existen vehículos innovadores, súper
equipados, pero que se han con vertido en una verdadera amenaza para la vida
del planeta, ya que expulsan agentes altamente contaminantes.
Todo lo contrario a las
tradicionales bicicletas, un sencillo, práctico y ecológico económico medio de
transporte que puede traer beneficios para la salud y ayudar a disminuir los
elevados índices de contaminación que afectan a La Tierra.
Así mismo, la bicicleta, se puede transformar en un
excelente medio para la práctica del deporte ya que su impacto sobre el medio
ambiente es100% natural, a diferencia del que producen otros vehículos como los
coches, las motocicletas o los microbuses o autobuses. En pocas palabras, un
medio totalmente sostenible para los seres humanos.
H.A.
Soñando
que estoy despierto
Soñando que
estoy despierto,
Así transcurre
mi tiempo,
Cuándo estoy
durmiendo cargo pilas,
Y nadie me hace
cejar en mi empeño,
Puedo con todo
que me echen,
Y vivo sólo el
momento,
El enfermo no
soy yo,
Son los demás,
Que no me tienen
respeto,
Mando a todos a
paseo,
Vivo sólo sin
complejos.
La ira me ciega,
Quiero romper
con todo,
Sacudirme mis
neuras,
Controlar mis
fobias,
Olvidarme de
todo,
Mientras la
lluvia cae,
Tras el espejo,
Y moja mis ojos
secos que no lloran.
O.D.C.
ZARAGOZA Y SEVILLA: ¿CIUDADES GEMELAS?
Extraída de: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Sevilla_-_Catedral_de_Sevilla_01_2015-12-06.jpg
Separadas por poco más de 800 kilómetros de distancia, Zaragoza y Sevilla tienen muchos puntos en común.
En primer
lugar, casi tienen la misma población (698.000, la hispalense, y 691.000, la
nuestra, según el último censo). Ambas son capitales de las dos regiones más
extensas de España (ya empezamos con las objeciones; Castilla y León y
Castilla-La Mancha son autonomías mayores, pero están constituidas por dos
regiones cada una).
Ambas fueron
ciudades romanas, fundadas por Julio César (Hispalis) y César Augusto (Caesar
Augusta) y fueron capitales de extensos conventos jurídicos (un convento
jurídico era en Roma lo equivalente a una demarcación territorial regional
actual). Además, muy cerca de Hispalis se fundó Itálica (en el término de
Santiponce), que fue cuna de tres emperadores romanos (Trajano, Adriano y
Teodosio).
Son las
ciudades españolas más importantes surcadas por un gran río, Ebro y
Guadalquivir. El Ebro discurre en su cauce natural por Zaragoza, solamente
limitado por el azud que se construyó para 2008, por lo que su caudal varía
enormemente desde las crecidas invernales hasta el profundo estiaje del verano.
Sin embargo, en Sevilla el Guadalquivir a su paso por la ciudad está canalizado
y permanece estable a lo largo del año.
Aparte de su
origen romano, es muy importante la huella dejada por los musulmanes en su
dominación histórica. Fueron capitales de importantes reinos de taifas y
constan de hermosísimos monumentos de aquella época, como La Aljafería, el
palacio taifal del siglo XI (antecesor en más de trescientos años a La Alhambra
granadina) y la Torre del Oro, la Giralda y el espectacular palacio de Los
Reales Alcázares, erigido por Pedro el Cruel a la manera morisca, en el siglo
XIV.
Dato curioso
de Sevilla es que cuando fue conquistada por Fernando III el Santo, este ordenó
que toda la población morisca abandonara la ciudad, por lo que sus habitantes
emigraron al reino de Granada o al norte de África, y se repobló la urbe con
gentes de León y Galicia, principalmente, por lo que se da el hecho de que
Sevilla es la ciudad española con mayor porcentaje de rubios, dato también
favorecido por los vikingos que quedaron esclavizados tras unas desastrosas
incursiones por el Guadalquivir.
Ambas ciudades
tienen el casco histórico más grande de España, con más de 45 hectáreas la urbe
romana. Aparte del folclore característico de cada una de las regiones (jota y
flamenco), que tienen muchas notas en común, es peculiar el acento
correspondiente a cada una.
Tienen ambas
capitales unos templos grandiosos. Sevilla tiene a su catedral, que es el
templo gótico más grande del mundo (y el tercero en global a nivel de
dimensiones) y Zaragoza es la única ciudad que tiene a dos catedrales con culto
en activo. La basílica-catedral del Pilar es el templo barroco más grande de la
cristiandad, con sus 130 metros de largo por 67 de ancho, y el noveno, en rango
global. Además se da la circunstancia, muy poco conocida, de que la Virgen del
Pilar es la patrona más antigua de Sevilla.
Y
especialmente contribuyeron al desarrollo urbanístico de las dos ciudades las
Exposiciones que en ellas se desarrollaron. Sevilla tuvo la Exposición
Iberoamericana de 1929, que legó el magnífico exponente de la Plaza de España
(quizá la más hermosa de nuestra patria), enclavada en el parque de María
Luisa, y la inolvidable Exposición Universal de 1992 en la Isla de La Cartuja
(recordemos su lema: ¡Ahora o nunca!), que supuso una transformación radical e
impulso definitivo a la ciudad andaluza.
Zaragoza tuvo
en la actual plaza de Los Sitios la Exposición Hispano – Francesa de 1908,
conmemorando el centenario de la Guerra de la Independencia, y la Exposición
Internacional de 2008, con nuestro entrañable Fluvi, en el meandro de Ranillas.
Esta exposición, muy celebrada a nivel local, es una gran olvidada (quizá sea
mejor hablar de desconocida) a rango nacional, pues ninguno de los foráneos con
quienes he hablado se acuerda de que tuvo lugar.
Estas (y otras
más, que por falta de espacio no cabe enumerar aquí) son las similitudes; pero,
¿cuáles son las diferencias?
A nivel
climático ambas tienen veranos tórridos, pero Sevilla goza de temperaturas
agradables, con mayor grado de lluvias, todo el año; carece de nuestro eterno
acompañante el cierzo, que tanto baja las temperaturas, y de las nieblas de
diciembre y enero.
A nivel de
comunicaciones, Sevilla tiene red de metro subterráneo y tranvía. Zaragoza no
tiene proyectada línea de suburbano.
A nivel de
población, aunque Sevilla tiene un perímetro muy reducido (194 kms cuadrados),
tiene un área metropolitana muy grande, con la que prácticamente dobla su
población. Sin embargo, Zaragoza, con un territorio de 960 kms, más de la mitad
de la provincia de Guipúzcoa, p.ej., (contando los 400 kms del Campo de Tiro de
San Gregorio), tiene un área metropolitana muy reducida, que no llega ni a los
80.000 habitantes en total.
Y, por último,
Sevilla cuenta con tres magníficos estadios de fútbol, mientras nuestra vetusta
Romareda se cae a pedazos.
No he estado
nunca en Sevilla y solo conozco a dos personas que han estado en ella. Una fue
mi hermano, que fue de viaje de novios por toda Andalucía, y que me comentó que
fue la ciudad andaluza que menos le gustó, con avenidas muy amplias pero sin
ángel, y la otra persona, por el contrario, me contó maravillas de ella, de la
que se quedó prendado. ¿Quién tiene razón? Los dos, pues los gustos no son
verdades absolutas, sino meramente opiniones.
J.A.S.