El origen del roscón de San Valero se remonta
a la Edad Media.
Parece ser que las autoridades, principalmente
los obispos y nobles celebraban el día del santo patrón de Zaragoza repartiendo
lo que se denominaba «las migajas » para
sus súbditos que eran trozos de torta, y que con el tiempo acabó en el dulce
del roscón.
Se cuenta también que la forma de rosca se
debe a que así se podía insertar en los brazos del santo que sacaba en
procesión. Cuando la misma terminaba los roscones se repartían entre quienes
habían llevado la imagen del santo.
Como decimos con el tiempo se creó el roscón
para todo el pueblo de Zaragoza y el mismo se repartía a la entrada de las
iglesias. Esta misma costumbre se observaba en las fechas en que se celebra San
Blas, San Antón y Santa Águeda aunque en esta última celebración el dulce es la
«teta de Santa Águeda.» Esto es lo que hace que si añadimos el roscón de Reyes,
puede decirse que Zaragoza es la ciudad más rosconera de España.
Por supuesto antiguamente y hasta bien
entrado el siglo XX los roscones no llevaban nata y eran sólo el bollo.
Lo que sí viene desde la Edad Media junto con
el roscón es el haba como sorpresa, la sorpresa propiamente dicha es mucho más
reciente aunque muchos dicen que a principios del siglo XIX ya se incluía la
sorpresa junto con el haba.
Lo importante es que, ya lo hagan con nata o
sin nata, el roscón está muy bueno y todos celebramos San Valero con este dulce
tan típico y tan rico. Y ya lo dice el refrán: «San Valero ventolero y
rosconero.»
Feliz San Valero a todos.
JRC y H.