Hoy vamos a tratar de una tapa muy popular,
muy sabrosa y fácil de hacer.
INGREDIENTES:
Panceta de
cerdo adobada (a ser posible que lleve la marca de garantía «Torrezno de Soria»).
Aceite de
oliva.
PREPARACIÓN:
La panceta en
origen se adoba y cura con pimentón, orégano, aceite y sal, y estos
ingredientes son los que hacen que los torreznos sean tan sabrosos, un manjar, y
que un torrezno sea mucho más exquisito que el simple tocino o la panceta fritos
sin adobar.
La panceta nos
viene de fábrica envuelta en plástico y con una cuerda en la parte superior,
para que una vez sacada del envoltorio la podamos colgar de un gancho en lugar
fresco y seco dejándola orearse un día entero, de forma que la piel se seque
bien, pues cuanto más seca esté, mejor se freirá la corteza y más crujiente
saldrá.
Una vez bien
oreada y secada la panceta, se corta en tiras de un centímetro y medio, o
mejor, de dos centímetros de grosor; ponemos la sartén a fuego medio con un
buen chorreón de aceite de oliva, dejamos que se caliente un poco y a
continuación colocamos los torreznos en la sartén sobre la base de la piel,
todos juntos para que no se caigan de lado. Los dejamos freír durante 20
minutos hasta que la corteza esponje y salgan las burbujas características de
una corteza crujiente.
Cuando hayamos conseguido que la
corteza esté en su punto, subimos el fuego al máximo, y ponemos los torreznos
tumbados en la sartén para que se frían durante diez minutos, por cada lado, o
el tiempo que se prefiera, pero no hay que pasarse porque si no los
quemaremos.
Hay que tener
en cuenta que el torrezno al freírse por completo soltará
mucha grasa, por eso los primeros torreznos que hagamos se freirán en el aceite
de oliva y su propia grasa, pero los últimos se freirán en toda la grasa de los
que hayamos hecho anteriormente, y estos torreznos finales saldrán más hechos y
turrados, más crujientes.
Por lo
demás, comentar que ya se comercializan torreznos precocinados, en diversos
envases, que permiten al ama de casa no tener que comprar la panceta entera, ni
tenerla oreándose un día entero, sino que basta con sacarlos del envoltorio un
tiempo antes, no muy largo, para que pierdan humedad, y freírlos directamente
durante cinco minutos, o más, al gusto, en la sartén con aceite a fuego
vivo.
Los puristas
del torrezno no le ponen peros a este nuevo producto, porque sigue teniendo el
marchamo comercial de garantía: «Torreznos de Soria».
Ni qué decir
tiene que también se comercializan torreznos de otras provincias, como
por ejemplo de Burgos, Ávila, Salamanca, etc., provincias de Castilla y
León, en Andalucía al torrezno se le llama chicharrón, pero el que ha cogido
fama, y pasa por ser el auténtico y genuino, y el mejor, es el torrezno de
Soria.
Y ya nada
más, buen apetito, buen provecho, y que seáis muy felices comiendo buenos
alimentos.
JRC