Hará cosa de 414 años, por estas fechas, que el libro más importante en la
historia del idioma español se publicó, hablamos precisamente de El Quijote.
Obra magnánima por excelencia que inaugura la novela moderna y rompe con muchos
de los cánones establecidos, hasta ese momento, en la literatura.
Obra de vanguardia, hay quienes afirman que la mitad de los libros escritos
en español son una copia del Quijote, un Quijote que se ha venido reproduciendo
por generaciones y por siglos y siglos,
El Quijote es una obra que juega a diferentes niveles de la imaginación. Es
la entrada a un mundo visto por los ojos de un caballero andante, vistos por
los ojos de un hombre que ha perdido la razón, que a la vez es visto por los
ojos de un idealista.
El Quijote es una de las primeras novelas de éxito escrita en español y no
en latín.
Un hombre vestido en una armadura pasada de moda, montado sobre un
escuálido caballo blanco, cuenta, repite una historia y esta se va llenando de
símbolos. El Hidalgo se sabe protegido, separado de la realidad que lo
circunda, acompañado de su fiel escudero que lo acompaña; pero también de la
suerte a su lado, de la bondad que lo impulsa a toda velocidad contra los
dragones y la lanza lista, al frente, al ataque.
A este punto, cabría mencionar que El Quijote, son en realidad dos
quijotes, mejor dicho, dos partes de un mismo libro, publicadas en dos
diferentes tiempos y momentos, tanto del escritor como del mundo.
El primer Quijote vio la luz en 1605 y el segundo, en 1615. Otros afirman que existe un tercer Quijote, el publicado por Alonso Fernandez de Avellaneda; quien debería de pasar a la historia como el primer plagiario en lengua castellana.
El primer Quijote vio la luz en 1605 y el segundo, en 1615. Otros afirman que existe un tercer Quijote, el publicado por Alonso Fernandez de Avellaneda; quien debería de pasar a la historia como el primer plagiario en lengua castellana.